Soldado de Jesucristo

Soli Deo Gloria

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Ni el sexo ni el dinero

“Ni el sexo ni el dinero pueden cumplir las promesas que creemos que están haciendo, y cada una de estas dos áreas es más peligrosa de lo que tendemos a pensar. En la cultura que nos rodea hoy día, ambas funcionan como disolventes espirituales que corroen el tejido mismo de la comunidad humana. Ambas cosas tienen el poder perverso de dominar tu corazón y con ello determinar el rumbo de tu vida. Ambas te sugieren que tú estás en control, mientras al mismo tiempo se convierten en el amo que progresivamente te encadena bajo su control. Ambas cosas ofrecen una sensación de bienestar interior, a la vez que no tienen capacidad alguna para satisfacer el corazón. Ambas te seducen con la esperanza del contentamiento que producirá ese placer, pero ambas te dejan vacío y deseando más. Ambas se presentan con la posibilidad de ser finalmente satisfechas, pero en lugar de ello te hacen envidiar a todo el que tenga más y mejores cosas que tú. Ambas te venden la mentira de que el placer físico es el camino a la paz espiritual. Ambas son obra de las manos del Creador, pero tienden a prometer lo que sólo el Creador puede dar. Ambas son bellas en sí mismas, pero han sido distorsionadas y se han tornado peligrosas por medio de la caída.”

Paul David Tripp

 

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