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“Por qué no llega el Avivamiento” de LEONARDO RAVENHILL (Parte 3)

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¿Quién fue Leonardo Ravenhill?

Leonard Ravenhill (1907-1994) fue un destacado evangelista, predicador, y ministro cristiano británico que estuvo activo durante el siglo XX, escribió varios libros y realizó innumerables predicaciones, muchas de las cuales se centraban en temas de oración, avivamiento de la fe cristiana, la obediencia a Cristo y sumisión a la voluntad de Dios.

Es también conocido por haber desafiado a través de sus libros y sermones el estilo de vida de muchos creyentes e iglesias modernas, exhortándoles a la seriedad y hablándoles de la necesidad de apegarse radicalmente a las enseñanzas de Jesucristo, al estilo de los cristianos primitivos.

Uno de sus libros más sobresalientes es «Porqué no llega el avivamiento«, considerado por algunos, una obra clásica, y del cual se estima que se han vendido más de medio millón de copias en todo el mundo y ha sido traducido a numerosos idiomas.

 

Notas extraídas de la lectura (Parte 3)

– Invitemos al ojo escudriñador y omnisciente del Señor a descubrir las corrupciones de nuestro astuto «yo». Que sea quitado de nosotros y «crucificado con Cristo», para que de aquí en adelante «no sirvamos más al pecado» (Rom 6:6).

– Pidamos vista, vista espiritual, interior y exterior. Entonces, como Isaías, miraremos arriba y veremos al Señor con toda su santidad; miraremos a nuestro interior y veremos nuestra necesidad de limpieza y poder; miraremos fuera y veremos a un mundo que perece y necesita un Salvador.

– ¿No confiamos demasiado, hoy día, en el brazo de carne? ¿No pueden ser hechas hoy día las mismas maravillas que en el tiempo antiguo? ¿No están hoy día los ojos del Señor recorriendo toda la tierra para mostrar su poder a quienes ponen su confianza en El? ¡Oh, que Dios nos diera más fe práctica en El! ¿Dónde está el Dios de Elías? Pues está esperando a algún Elías que le llame. James Gilmour de Mongolia

– A la pregunta: ¿Dónde está el Dios de Elías? respondemos: Pues ¡donde ha estado siempre: en su trono! Pero ¿dónde están los Elías de Dios?

– Hoy Dios parece olvidar a los hombres de oración; no porque somos demasiado ignorantes, sino porque somos demasiado autosuficientes. ¡Hermanos, nuestras capacidades son nuestros impedimentos, y nuestros talentos piedras de tropiezo!

– Si la Iglesia tuviera hoy tantos ardientes intercesores como tiene consejeros diligentes, veríamos el despertamiento universal antes de un año.

– Elías emergió con la infalibilidad de un profeta. Conoció la mente de Dios. Por tanto, un solo hombre conquistó una nación y alteró el curso de la Naturaleza.

– Es maravilloso cuando Dios se apodera de un hombre, es todavía más admirable cuando un hombre se apodera de Dios.

– Hermanos, si hacemos la obra de Dios, a la manera de Dios, en el tiempo de Dios y con el poder de Dios, tendremos la bendición de Dios y las maldiciones del diablo.

– Cuando Dios abre las ventanas del cielo para bendecimos, el diablo abre las puertas del infierno para atacarnos. La sonrisa de Dios significa el ceño del diablo.

– El predicador suele ir con la multitud, el pro-feta va en contra. Un hombre pobre, pero ardiente y lleno de Dios, será tildado de mal patriota porque habla contra los pecados de su nación; de severo, porque su lengua es espada de dos filos; de desequilibrado, porque el peso de la opinión está en su contra. El predicador será ensalzado, el profeta abucheado.

– ¡Ah, hermanos predicadores! Amamos a los santos de la antigüedad, mártires y reformadores. Veneramos a nuestros Luteros, Bunyans, Wesleys, Asburys, etc. Escribimos sus biografías, reverenciamos su memoria, redactamos respetuosos epitafios, les construimos monumentos. Lo hacemos todo menos imitarles. Veneramos como reliquia hasta la última gota de su sangre; pero nos guardamos de derramar una gota de la sangre nuestra.

– Juan el Bautista pudo mantenerse seis meses en prisión; pero él y Elías no podrían permanecer seis semanas en la calle de una ciudad moderna. Los encerrarían en un manicómio por reprender el pecado y no silenciar su mensaje.

– Los evangelistas de nuestros tiempos lloran el poder de los sistemas ateos, pero cierran la boca ante la amenaza de la religión nominal y apóstata.

– El enemigo ha venido como un río. ¿No hay ningún guerrero de Dios, revestido con la armadura del Espíritu Santo, capaz de levantar bandera contra él? Sólo un lugar mantendrá el corazón en pasión y los ojos en visión. Este lugar es la cámara secreta de oración.

– Las dificultades para la evangelización mundial son muchas en nuestros días. Pero las dificultades dan lugar a hombres decididos. ¿Has llegado ante ríos que te parecen invadeables? ¿Te hayas ante montañas incruzables? Dios es especialista de cosas imposibles para todo otro poder.

– ¿Le ordenó Dios –a Elías- alojarse en Chérit y Sarepta en algún gran hotel? ¡Oh, no! ¡A este profeta de Dios, a este predicador de la justicia le fue ordenado alojarse en casa de una viuda pobre!

– Nosotros tratamos de ayudar a Dios a salir de las dificultades. Recordad que Abraham lo intentó, y hasta el día de hoy el mundo sufre su error a causa de Ismael.

– ¡Oh hermanos ministros! La mayoría de nuestras oraciones son advertencias y consejos a Dios. Nuestra oración está teñida de egoísmos, ya sea para nosotros mismos, para nuestra denominación o para nuestro grupo. ¡Perezca tal pensamiento! Nuestro objetivo debe ser Dios solo.

– Nuestro objetivo debe ser Dios solo. Es su honor el que está puesto en juego. Su bendito Hijo el que es despreciado e ignorado. Sus leyes, quebrantadas. Su nombre, profanado; su Libro, olvidado, y su Casa, convertida en un círculo de actividades recreativas.

Puedes leer además la Primera Parte y la  Segunda Parte de las notas.

Próximamente publicaré más partes de las notas personales que hice de este libro, desde ya estoy recomendado su lectura, lo puedes descargar aquí: “Por qué no llega el Avivamiento” de LEONARDO RAVENHILL

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