Soldado de Jesucristo

Soli Deo Gloria

By

Confiando en Dios aunque la vida duela del autor Jerry Bridges. Parte 2.

Notas personales extraídas del libro “Confiando en Dios aunque la vida duela” del autor Jerry Bridges. Parte 2.

Captura

¿Será que Dios es soberano solamente en las circunstancias “buenas” de nuestras vidas? ¿No es soberano también en los tiempos difíciles, y cuando nuestros corazones están afligidos por el dolor? La Biblia nos enseña que Dios es soberano en lo “bueno” y en lo “malo”.

 

Dios controla el bien y el mal. Dios no mira de lado o es tomado por sorpresa cuando la adversidad nos golpea. Él tiene el control de esa adversidad, dirigiéndola para Su gloria y nuestro bien.

 

Confiar en Dios no significa que no sufra dolor, que su corazón no esté dolido. Significa que en medio de su dolor y angustia pueda decir: Señor, yo sé que tú tenías el control de este espantoso evento. No entiendo por qué permitiste que sucediera pero confío en ti”

 

La verdad en la que debemos creer es que Dios es soberano. El hace su buen propósito sin ser frustrado, y dirige y controla todos los eventos y todas las acciones de sus criaturas de tal forma que nunca pueden actuar fuera de su voluntad soberana. Debemos creer y aferrarnos a esto cuando enfrentemos la adversidad y la tragedia, si queremos glorificarle confiando en El.

 

Nuestra prioridad en momentos de adversidad es honrar y glorificar a Dios confiando en El.

 

Honramos a Dios al escoger confiar en El aun cuando no entendemos lo que está haciendo o por qué ha permitido que algunas circunstancias adversas ocurran. Cuando buscamos la gloria de Dios, debemos estar seguros de que Él tiene como propósito nuestro bien y que no se detendrá para cumplirlo.

 

Debemos  seguir confiando en Dios aun en los tiempos adversos, y creer que Él tiene el control soberano de ellos, y que tampoco se ha olvidado del cuidado y bienestar de sus hijos en estas circunstancias.

 

Dios nunca desperdicia el sufrimiento, sino que lo usa para lograr su propósito, el cual es su gloria y nuestro bien. Por lo tanto, podemos confiar en Él cuando nuestros corazones están dolidos o nuestros cuerpos atormentados por el dolor.

 

Nuestra confianza en Dios debe basarse, no en las experiencias de otros, sino en lo que Dios nos dice sobre sí mismo en su Palabra.

 

Si vamos a experimentar paz en nuestras almas en momentos de adversidad, debemos llegar al punto donde verdaderamente creamos que los caminos de Dios sencillamente están más allá de nosotros, y dejar de preguntarle “¿por qué?” o aun tratar de descubrirlos por nosotros mismos.

 

La sabiduría de Dios no sólo está tan por encima de la nuestra como está el cielo por encima de la tierra, sino que también es superior a la sabiduría y astucia de nuestros adversarios. Esto debería ser de mucha tranquilidad para nosotros.

 

Aun los planes más atroces de nuestros adversarios sólo pueden lograr lo que Dios ha ordenado soberanamente para nosotros, y en su infinita sabiduría, con habilidad, hace que se cumpla.

 

Dios está obrando tanto en esas “cosas”, como en las adversidades (la enfermedad, muerte, problemas financieros y destrucciones de la naturaleza).

 

Debemos  aprender a silenciar nuestros corazones con respecto al gobierno de Dios en el universo.

 

El puritano John Flavel escribió: Crea firmemente que el manejo de todos los asuntos de este mundo, públicos o privados, está en las manos del sabio absoluto Dios. Sométase a su sabiduría, y no confíe en su propio entendimiento. Cuando Melancthon se sentía oprimido por las preocupaciones y dudas acerca de los asuntos angustiosos de la iglesia de su tiempo, Lutero lo reprendía por su desánimo… no pretendas ser el gobernante del mundo, más bien deja las riendas del gobierno en las manos del que lo hizo y sabe mejor cómo gobernarlo.

 

Cuestionar la sabiduría de Dios, además de ser un acto irreverente, también debilita el espíritu. No sólo deshonramos su gloria sino que también nos privamos de la tranquilidad y paz que llega con el sólo hecho de confiar en El sin exigir una explicación.

 

Debería llenarnos de gozo el saber que la sabiduría infinita guía los asuntos del mundo donde muchos de sus eventos están cubiertos de oscuridad y misterio, y a veces parece reinar una intrincada confusión. Con frecuencia la maldad prevalece y Dios parece haber olvidado las criaturas que creó. Nuestro camino a través de la vida es oscuro, tortuoso y rodeado de dificultades y peligros. Cuán llena de consuelo es la doctrina que enseña que la sabiduría infinita dirige cada evento, trae orden de entre la confusión y luz de entre la oscuridad y, a aquellos que aman a Dios, hace que todas las cosas, ya sea el aspecto presente o la tendencia aparente, trabajen juntas para bien.

 

El  amor de Dios es tan real en los momentos de adversidad como en los de bendición.

 

Así como a Dios le es imposible por naturaleza ser algo menos que perfectamente santo, también le es imposible ser algo menos que perfectamente bueno.

 

Mi propia experiencia indica que Satanás nos ataca mucho más en el área del amor de Dios, que en la de su soberanía o sabiduría.

 

No hay duda de que la prueba más convincente del amor de Dios en toda la Escritura es la entrega de su Hijo para que muriera por nuestros pecados.

 

Nuestra mayor urgencia no es librarnos de la adversidad, pues todas las dificultades que puedan ocurrir en esta vida no pueden, en ninguna forma compararse con la total calamidad de la separación eterna de Dios. Jesús dijo que ningún bienestar terrenal se puede comparar con el gozo eterno de que nuestros nombres están escritos en el cielo.

 

Si queremos una prueba del amor de Dios por nosotros, entonces debemos mirar primero a la cruz donde ofreció a su Hijo en sacrificio por nuestros pecados. El Calvario es la prueba concreta, absoluta e irrefutable del amor de Dios por nosotros.

 

No debemos olvidar el hecho de que la ira de Dios es muy real y justificada. Todos hemos pecado continuamente contra un Dios santo y justo; nos hemos rebelado voluntariamente contra sus mandatos, desafiado su ley moral y actuado en total oposición a su voluntad conocida para nosotros.

 

En las próximas semanas estaré publicando nuevas notas que tomé de este libro que desde ya estoy recomendando. Ya puedes leer la Primera Parte de las notas que tomé. Si te han sido de bendición estas notas compártelas con tus amistades.

PARTICIPA

Hay un Dios verdadero en tres personas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

View Results

Cargando ... Cargando ...

Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.