Alégrense las naciones de John Piper (Parte 5 y final )
Notas extraídas de la lectura del libro “Alégrense las naciones” de John Piper (Parte 5 y final )
Notas del libro Parte 5 y final:
La adoración es tener sentimientos correctos que brotan del corazón hacia Dios y que se arraigan en la mente con pensamientos correctos acerca de Dios, tornándose visibles en las correctas formas de reaccionar del cuerpo, reflejando a Dios.
Si la “adoración” no proviene del corazón, está vana y vacía, y significa que no es adoración. Por lo tanto la esencia de la adoración no puede expresarse externamente. La esencia de la adoración es el sentimiento no la mera acción.
Jesucristo, el Hijo de Dios murió para redimir a un pueblo que adore a su Padre de entre todos los pueblos, tribus, lenguas y naciones. La obra misionera existe para establecer lo que Cristo adquirió: comunidades de redimidos que adoran y exaltan a Dios de entre todos los pueblos del mundo.
La incredulidad no sólo deshonra a Dios, sino que también destruye el alma.
La obra misionera no sólo es motivada por una pasión para restaurar la gloria de Dios a su verdadero lugar en el alma que le adora, sino también por una pasión para rescatar a los pecadores del dolor eterno.
“Un espíritu cristiano prepara a personas en humildad para soportar el mal que es recibido de otros, y para hacer el bien a los demás libre y alegremente Jonathan Edwards
La miseria de los impíos en el infierno será incuestionablemente eterna.
Quiero ser completamente fiel a la causa por la evangelización mundial, lo quiero ser en una manera que exalta a Dios y ama a la gente.
Es natural odiar el sufrimiento. Es sobrenatural odiar el pecado. Es natural amar el pecado y sobrenatural amar a Cristo.
La fe que salva supone recibir a Cristo como un tesoro preciado, no solo como una vía libre de librarse del dolor.
Hasta que el alma de usted no tenga sed de Cristo como el pan de vida y como el agua viva, usted usará a Cristo para tratar de saciar su sed para cualquier cosa que su alma busca.
Somos salvos por venir a Cristo, y aceptarle, no sólo como nuestro salvador, sino como nuestro tesoro— arrimándonos (a El) por todo lo que Dios es para nosotros en Jesús.
¿Qué es lo que tiene más valor para ti? ¿Jesús o los regalos que ofrece?
Nadie va al cielo si no ama a Cristo.
Para la adoración NO es necesario contar con un edificio, un sacerdote o un sistema de ritos o sacrificios. Solo necesitamos al Jesús resucitado.
En el Nuevo Testamento, la adoración es significativamente des-institucionalizada, des-localizada y des-externalizada. Todo el sentido de adoración que se tenía está siendo quitado de la ceremonia, de las fiestas, de los lugares y de las formas; dándose un cambio a lo que está ocurriendo en el corazón—no sólo por lo que pasa el Domingo en el culto, sino por lo que pasa cada día y a cada momento en todo lo que comprende la vida.
Lutero expresa el adorar con libertad de lugar: “La adoración de Dios debe ser libre en la mesa, en tus habitaciones privadas, en las escaleras de abajo, en las escaleras de arriba, en la casa, en el extranjero, en todos los lugares y a todas horas. “Quien sea que le diga algo diferente le está mintiendo tan gravemente como lo hiciera el Papa y el mismo Diablo.
Lo esencial, vital, indispensable definiendo el adorar de corazón es la experiencia de estar satisfecho con Dios en Cristo
El objetivo primario de Dios en toda la historia es defender y mostrar Su gloria para deleite de los redimidos de cada tribu, lengua, pueblo y nación.
Dios es absolutamente supremo en la obra misionera. Él es el principio y el fin. Él es también el único que sostiene y capacita todo el proceso
El propósito de la oración es hacerles entender a todos los que participan en las misiones que la victoria le pertenece al Señor. “Se alista el caballo para el día de batalla pero la victoria depende del Señor” (Proverbio 21:31).
La oración es el medio designado por Dios para traer Su gracia al mundo y la honra a Sí mismo.
La oración pone a Dios en el lugar del todo-suficiente benefactor y a nosotros en el lugar de beneficiarios necesitados de manera que cuando la misión de la iglesia avanza mediante la oración, la supremacía de Dios se manifiesta y las necesidades de los misioneros cristianos son resueltas. En la oración Dios es glorificado y nosotros satisfechos
Dios en sí mismo es la plenitud sobre la cual vivimos y la fuente de vida sobre la cual nos encomendamos en la obra misionera. Él es nuestro tesoro.
El sufrimiento por sí solo, no prueba nada. Pero el sufrimiento que se acepta por “el incomparable valor de conocer a Cristo” (Filipenses 3:8), prueba que Cristo es supremamente valioso.
El alcance de nuestro sacrificio está asociado con la profundidad con la que nos gozamos ya que muestra el valor que le damos a la recompensa de Dios.
Pérdida y sufrimiento, gratamente aceptados para el Reino de Dios muestran la supremacía de Dios más claramente en el mundo que toda la oración y la adoración.
Dios dispone que la misión de la iglesia avance no solamente por el combustible de la adoración y el poder de la oración sino a costo del sufrimiento. “Si alguien quiere ser mi discípulo, les dijo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga” (Marcos 8:34).
- ¿Podría la naturaleza u otras religiones guiar a la gente hacia la vida eterna y al gozo con Dios? La respuesta bíblica que hemos visto es que ¡no!
Con esta Quinta Parte termino de publicar las notas que hice de este libro, espero que algunos de ustedes se hayan motivado a buscar y leer este libro, puedes leer la Primera Parte, Segunda Parte, Tercera Parte y Cuarta de estas notas.
– John Piper es el pastor encargado de la predicación en la Iglesia Bautistade Bethelem de Minneapolis, Minnesota.Es autor de numerosos libros y sus predicaciones se emiten en el programa diario de radio Desiring God.
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