¿Qué es la doctrina de la seguridad eterna? por R.C. Sproul
Por R. C. Sproul
Cuando hablamos de la doctrina de la seguridad eterna, estamos usando una descripción popular de una doctrina clásica que llamamos la perseverancia de los santos. Lo que significa es que, cuando una persona ha sido vivificada por el Espíritu Santo, nacida del Espíritu, justificada a través de la fe en Cristo y por lo tanto trasladada a un estado de salvación, esa persona jamás perderá su salvación. Este es un tema muy polémico en el contexto del cristianismo histórico.
Hay muchos cristianos que no creen que, una vez que la persona está en un estado de gracia, permanece en ese estado. La iglesia católica romana, por ejemplo, históricamente ha enseñado la distinción entre pecados veniales y mortales. El pecado mortal se define con ese término porque tiene la capacidad de matar o destruir la gracia justificante que hay en el alma, y un pecado así hace necesario que la persona sea restaurada a la justificación a través del sacramento de la penitencia. Otros grupos cristianos también creen que un cristiano puede perder su salvación.
Los partidarios de la seguridad eterna dicen que nuestra salvación es segura una vez que es obrada mediante la fe, y que nada nos separará del amor de Cristo. Esto se basa en algunos pasajes de la Escritura, tales como la enseñanza de Pablo en Filipenses. Dijo: “Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada.” Además, las Escrituras hablan de la obra del Espíritu Santo en la vida cristiana. El Espíritu no solo nos regenera, o nos vivifica, comenzando de esa manera el proceso de la vida cristiana, sino que, coma la Biblia dice, Dios le da a cada cristiano el sella del Espíritu Santo y la “prenda” del Espíritu Santo. Este término es un poco oscuro para el vocabulario cotidiano, aunque cuando compramos una casa, el agente de bienes raíces podría pedirnos un pago inicial que llamamos dinero en prenda. Esa es una frase común de la economía, yen la Escritura se usa de la misma manera. Una prenda era un pago inicial, una garantía absoluta de que el saldo sería efectivamente pagado. Cuando Dios Espíritu Santo realiza un pago inicial con respecto a algo, no elude los pagos posteriores. Dios Espíritu Santo no nos da una prenda de escasa importancia. Es absolutamente honesto para terminar lo que ha comenzado en nosotros.
Además, el concepto de ser sellado por el Espíritu está tomado del idioma antiguo y se refiere al anillo que el emperador usaba para sellar. Cuando algo era sellado y firmado con la aprobación del rey o del propietario, aquello se convertía en posesión suya. Creo que debemos hacer esta distinción: si dependiera de nosotros, creo que nadie perseveraría y tendríamos muy poca seguridad.
Sin embargo, el concepto, de la forma en que yo lo entiendo bíblicamente, es que Dios promete que nadie nos arrebatará de las manos de Cristo y que Él nos preservará.
Tomado del Libro “¡Que Buena pregunta¡” de R. C. Sproul p. 96 – 97.
*Dr. R. C. Sproul, teólogo, pastor y maestro, es presidente de la junta de Ministerios Ligonier. Graduado de Westminster College, Pittsburgh TheologicalSeminary y Free University of Amsterdam, el Dr. Sproul es actualmente profesor de teología sistemática en Reformed Theological Seminary y director emérito de PrisonFellowship, Inc. Sus muchos libros incluyen Complaciendo a Dios; La Santidad de Dios; Escogidos por Dios; El Misterio del Espíritu Santo; El Alma en Busca de Dios; Verdades Esenciales de la Fe Cristiana; La Gloria de Cristo; y Si Hay un Dios, ¿Por Qué Hay Ateos?
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No puedo escoger entre las distintas escuelas soteriológicas anteriores puesto que mi posición difiere de todas en ciertos aspectos. Creo que Dios escoge a sus hijos desde antes de la fundación del mundo (por su presciencia), y que la salvación es solo por gracia, por medio de la fe, la cual es un don de Dios. El punto que no creo del calvinismo es la gracia irresistible; puesto que aunque exalta la soberanía de Dios, reduce muchos otros atributos. El Espíritu Santo obra en todos los hombres de cierta manera, aunque sus funciones solo son efectivas en aquellos que le cedan sus vidas. Es el modo que Dios escogió, y esto no le resta soberanía. Pienso que el arminianismo es antibíblico, sobre todo en el asunto de la perseverancia de los santos, ¡es que hay tantos versículos claros en la Biblia que nos indican que la salvación de los creyentes está en las manos de Dios! No creo que el Molinismo y el Pelagianismo resistan un análisis escriturario serio. En resumen, no me declaro ni calvinista ni arminiano, y a continuación lo que creo:
El arrepentimiento — un cambio de mente genuino, no superficial, tocante a algo, que es seguido por alguna transformación del comportamiento.
La fe — significa confianza, certidumbre, contar con que algo es verdad. Por supuesto, la fe debe tener contenido; tiene que haber confianza o certidumbre acerca de algo. Tener fe en Cristo para salvación significa confiar en que Él puede remover la culpabilidad del pecado y dar vida eterna.
Regeneración — La palabra, usada solamente dos veces en el N.T. (Mt. 19:28; Tit. 3:5), significa nacer de nuevo. Es la obra de Dios que da nueva vida al que cree.
Gracia — la generosidad gratuita de Dios a través del don de Jesucristo. El sacrificio de Cristo es el supremo testimonio de la gracia (2 Co. 8:9; Fil. 2:5).
Redención — Es la obra de Dios por la cual nos compró y nos libró de la condenación y el poder del pecado por medio de la sangre de Jesucristo y el poder del Espíritu Santo (Ga. 3:13; Ef. 1:7; Heb. 9:12).
Justificación — anunciar un veredicto favorable, declarar justo.
Imputación — Es el acto de Dios por la cual imparte al creyente la justicia eterna de Cristo. (Ro. 3:21; I Co. 1:30).
Propiciación — remoción de la ira de Dios a causa de la ofrenda de Cristo.
Perdón — Olvido del pecado y olvido, también, del precio que se ha de pagar por el pecado.
Santificación — el creyente unido con Cristo, santo. Santificación progresiva es la separación del pecado para vivir para Dios (Hch. 9:13, 32; 26:10; Ro. 12:1, 2).
Adopción — colocar al creyente en la familia de Dios como hijo adulto.
Elección — Es la selección pretemporal por parte de los que habrían de ser salvos. Dios es soberano y el hombre responsable. Dios envió su palabra escrita y encarnada, su Espíritu Santo y el evangelio para ofrecer salvación (Ro. 9:11, 18-23; 2 Tes. 2:13).
Seguridad eterna — la obra de Dios que garantiza que el don de la salvación, una vez recibido, es para siempre y no se puede perder.