“Fuego Extraño” de John MacArthur (Parte IV)

John MacArthur
Compilado por: Soldado de Jesucristo.
Notas personales extraídas del libro
– No importa cuántas veces las personas sean “muertas en el Espíritu” o “hablen en lenguas”, es el fruto de sus vidas el que revela la verdadera naturaleza de sus corazones. Aquellos cuya conducta se caracteriza por las obras de la carne (Gal 5: 19 -21) no están llenos del Espíritu, no importa cuántos episodios extáticos afirmen haber experimentado.
– Los que están llenos del Espíritu se caracterizan por cantos de júbilo en adoración, corazones llenos de acción de gracia, y la sumisión de unos a otros. Si están casados, el matrimonio de ellos honra a Dios. Si tienen hijos, su crianza se desarrolla con paciencia en el evangelio. Si trabajan para un amo terrenal, trabajan duro para honrar al Señor. Si tienen personas que trabajan para ellos, tratan a sus subordinados con benevolencia y justicia. Esto es lo que manifiesta un cristiano lleno del Espíritu Santo. Su influencia en nuestras vidas nos hace relacionarnos rectamente con Dios y los demás.
– Estamos llenos del Espíritu Santo cuando estamos llenos de la Palabra, la cual él inspiró y a la que le dio poder.
– Cuando ordenamos nuestros pensamientos según la enseñanza bíblica, aplicando su verdad a nuestra vida cotidiana, nos ponemos cada vez más bajo el control del Espíritu.
– Ser lleno del Espíritu es entregar nuestro corazón a la autoridad de Cristo, permitiendo que su palabra domine nuestras actitudes y acciones. Sus pensamientos se convierten en objeto de nuestra intercesión, sus normas se convierten en búsqueda más excelsa, y su voluntad se convierte en nuestro mayor deseo. Cuando nos sometemos a la verdad de Dios, el Espíritu nos lleva a vivir de una manera que honra al Señor.
– Así como caminar requiere dar un paso a la vez, ser llenos del Espíritu consiste en vivir bajo el control del Espíritu pensamiento a pensamiento, decisión a decisión. Los que están verdaderamente llenos del Espíritu dan cada paso con él.
– Como creyentes, se nos manda a caminar en novedad de vida, pureza, contentamiento, fe, buenas obras, una manera digna del evangelio, amor, luz, sabiduría, de modo semejante a cristo y en la verdad.
– Aquellos cuyas vidas se caracterizan por andar en la carne demuestran que aún no son salvos. Por el contrario, los que andan en el espíritu dan evidencia de que pertenecen a Cristo.
– Los que andan según el Espíritu son capaces de hacer las cosas que agradan a Dios. El irredento, por el contrario, está enemistado con Dios y dominado por las obras carnales.
– La carne es el enemigo interno, el remanente del viejo hombre que pelea contra los deseos piadosos y justos (Rm 7.23). Ser presa de la carne es entristecer al Espíritu Santo.
– Si los creyentes precisan obtener victoria sobre los deseos de su carne y crecer en santidad, deben actuar en el poder del Espíritu.
– La única defensa del creyente contra el asalto constante del pecado es la protección proporcionada por el Espíritu Santo, quien arma a sus santos con la verdad de las Escrituras.
– Aunque la vida cristiana lleva disciplina espiritual personal (1 Tim 4.7), es vital recordar que no podemos santificarnos a través de nuestros propios esfuerzos.
– Fue el Espíritu Santo quien nos apartó del pecado en el momento de la salvación (2 Tes 2.13) y a medida que nos sometemos a su influencia cada día, nos da poder para lograr nuestra victoria sobre la carne.
– Andar en el Espíritu mediante la influencia intrínseca de la Palabra es cumplir con la capacidad y el potencial supremos de nuestra vida en este mundo como hijos de Dios.
– Para el Espíritu es un gran deleite dar testimonio del Hijo de Dios (Juan 15.26). El Espíritu glorifica a Cristo, guiando a las personas hacia Él (Jn 16.14) y compeliéndolos a someterse gozosamente a su señorío (1 Cor 12.3). Esto es lo que le interesa al Espíritu Santo, no golpear a las personas, lanzándolas por el suelo, haciendo cosas sin sentido y provocándoles una agitación mental. El circo carismático de confusión no conforma a nadie a la imagen de Cristo, quien refleja a la perfección la imagen de su Padre (Col 1.15). por lo tanto, este es un modelo totalmente falso de la santificación.
En días de tanta confusión doctrinal este libro del pastor John MacArthur es de obligada lectura para aquellos que están comprometidos con contender ardientemente por la fe y la verdad dada una vez a los santos (Jd 1:3), en próximos días continuaré publicando en el blog las notas personales que tomé de este libro, espero les sea de bendición, no olviden compartir con sus amistades. Ya pueden leer la Primera Parte, Segunda Parte y Tercera Parte de las Notas.
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Paz en Nuestro Señor y Salvador JESUSCRISTO me gustó la página sigan adelante con nuevas publicaciones hermano en Jesucristo Giolvis Lobaina Quintero edad 28 años Camaguey.
Excelentes reflexiones, leia el libro y realmente es lamentable como grupos pentecostales y carismáticos se refieren al Espíritu Santo, es extraño que no llegue a ellos el verdadero Espíritu Santo y puedan interpretar correctamente las Escrituras en cuanto a los dones que el Espíritu Santo hace crecer en nosotros. Oremos por aquellos que estan cegados del entendimiento y cesen de elevar ese “Fuego Extraño” que es ofensivo a Dios.