¿Y qué de aquellos que rechazan a Dios? | J.I. Packer
Por J.I. Packer
Pensemos, en segundo lugar, en el destino de los que rechazan a Dios. Los universalistas suponen que la clase de personas mencionadas en este encabezamiento terminará finalmente por no tener miembros; pero la Biblia indica lo contrario. Las decisiones que se toman en esta vida tienen consecuencias eternas. «No os engañéis [como ocurriría si hicieseis caso a los universalistas]; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará» (Gal. 6:7). Aquellos que en esta vida rechazan a Dios serán rechazados para siempre por Dios. El universalismo es la doctrina de que, entre otros, Judas será salvo; pero Jesús no creyó así. «A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido» (Mar. 14: 21). ¿Cómo hubiera podido decir esas últimas palabras Jesús si pensaba que en última instancia Judas iba a ser salvo?
Algunos, por lo tanto, tendrán que afrontar una eternidad en el destierro. ¿Cómo podemos comprenderlo que se acarrean para sí dichas personas? Desde luego que no podemos formamos ninguna idea acertada del infierno, como tampoco podemos hacerlo del cielo, y sin duda es mejor que no podamos; pero quizá la noción más clara que podamos formarnos es la que se deriva de la contemplación de la cruzEn la cruz, Dios juzgó nuestros pecados en la persona de su Hijo, y Jesús soportó los resultados de la acción retributiva correspondiente a nuestro mal obrar. Contemplemos la cruz, por lo tanto, y veremos cómo será en definitiva la reacción judicial de Dios para con el pecado de la humanidad. ¿Cómo será? En una palabra, retiro del bien y anulación de sus efectos. En la cruz Jesús perdió todo el bien que tuvo antes: todo sentido de la presencia y el amor de Dios, todo sentido de bienestar físico, mental, y espiritual, todo disfrute de Dios y de las cosas creadas, todo lo agradable y reconfortante de las amistades, le fueron retirados, y en su lugar no quedó sino soledad, dolor, y un tremendo sentido de la malicia y la insensibilidad humanas, y el horror de una gran oscuridad espiritual. El dolor físico, si bien grande (porque la crucifixión sigue siendo la forma más cruel de ejecución judicial que el mundo haya conocido), era, no obstante, una parte pequeña de su agonía; los sufrimientos principales de Jesús fueron mentales y espirituales, y lo que estaba contenido en un lapso de menos de cuatrocientos minutos era en sí mismo una eternidad, como bien lo saben los que sufren mentalmente.
Así, también, los que rechazan a Dios tienen que prepararse- para el momento en que se verán desprovistos de todo bien, y la mejor forma de hacerse una idea de lo que será la muerte eterna es la de considerar este hecho. En la vida corriente, jamás notamos todo el bien de que disfrutamos, como consecuencia de la gracia común de Dios, hasta que nos vemos privados de ella. Jamás valoramos la salud, o condiciones seguras de vida, o la amistad y el respeto de los demás, como debiéramos hacerla, hasta que los perdemos.
El Calvario nos muestra que bajo el juicio final de Dios nada podremos retener de lo que hayamos valorado, o pudiéramos valorar; nada de lo que podamos llamar bueno. Es un pensamiento terrible, pero podemos estar seguros de que la realidad es más terrible aun. «Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido… “Que Dios nos ayude a aprender esta lección, lección que el espectáculo de la propiciación mediante la sustitución penal en la cruz nos enseña tan claramente, y que al final cada cual sea hallado en Cristo, con los pecados cubiertos por su sangre.
Extracto del libro “El Conocimiento del Dios santo” de J.I. Paker. Puedes leer una reseña del libro en este enlace.
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Dios, es una palabra MUY GRANDE, pero cuando tenemos cualquier problema rápido decimos «DIOS AYUDAME» aunque existan personas que digan que no creen en el pero se auxilian en el y no han pensado en entregarse por completo en cuerpo y alma y siempre tememos que tener presente que «La voluntad de DIOS nunca te lleva a donde la gracias de DIOS no te proteja», reflexione y piensen en el no como el creador de la vida sino como el padre que estará cuando tengamos cualquier tipo de problemas.
Dios no quiere que nadie perezca; sino que todos procedan al arrepentimiento.
Hermanos, sinceramente creo que existe un lugar de tormento preparado para «el diablo y sus ángeles», al cual irán también todos aquellos que rechacen al Cordero de Dios que fue inmolado en la cruz por los pecados del mundo.
No soy calvinista; pero tampoco me considero arminiano. Ambos son sistemas humanos falibles. El hipercalvinismo a veces se niega a compartir las buenas nuevas de salvación por su creencia en que los «elegidos de Dios» vendrán a Él sin la necesidad de la predicación. Los calvinistas moderados creen en la responsabilidad del hombre, y muchos han sido los más capaces evangelistas de la historia, pero siguen creyendo que Dios elige a unos y reprueba o «no elige» a otros. Sinceramente, sin ánimo de ofender, creo que realmente lo que enseñan es que Dios salva y condena según su placer. Eso no es lo que he aprendido de mi Señor y su misericordia. Los arminianos, por lo general, no creen en la suficiencia del poder de Dios para preservar a los salvos de una caída definitiva que los despoje de su salvación.
Ambos sistemas contienen errores, porque fueron fabricados por seres humanos (que en ocasiones cometieron errores bien crueles). Dios ama a todos los hombres y quiere que todos le conozcan; pero no todos lo harán, y para estos últimos está reservada la condenación eterna.
No creo que Dios quiera mi salvación por encima de la de mis padres (ambos ateos), o mis abuelos (los tres con 85 años), o haya tenido misericordia de mi hermana menor (cristiana) y mi hermana mayor (agnóstica).
No creo que Dios haya permitido el nacimiento de mi sobrinita (2 años) para luego enviarla al infierno. Perdónenme, así no e sexactamente como conozco a mi Dios.
No creo que la Biblia, en cualquier rincón donde se hable de redención y se mencionen los términos «todo, todos, cualquiera» se refiera solamente a los elegidos.
Mi ánimo no es contender por cuestiones de opinión personal. Solo que me duele que a veces, usando versículos aislados, y malinterpretándolos, no hagan otra cosa que limitar el amor, la misericordia y el alcance de la sangre derramada de Jesús.
No soy universalista, pero si creo que Jesús murió para salvar a todo el que le recibiera.
(1 Timoteo 2:1-6)
«Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;
por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.»
Si Cristo murió solamente por un grupo predeterminado soberanamente por Dios, por qué debemos orar por los que no le han conocido.
Esta es una pequeña reflexión, espero me entiendan y Dios les alcance con su luz en estos temas.