Jesús está a la diestra de Dios | Charles Spurgeon
Por: Charles Spurgeon
«El que además está a la diestra de Dios». Romanos 8:34
El que una vez fue despreciado y desechado entre los hombres, ahora ocupa la honrosa posición de un amado y venerado Hijo. La diestra de Dios es el lugar de majestad y favor. Nuestro Señor Jesús es el representante de su pueblo. Cuando él murió por los suyos, ellos tuvieron reposo; cuando resucitó, obtuvieron libertad; cuando se sentó a la diestra de su Padre, recibieron favor, honor y dignidad.
La resurrección y ascensión de Cristo es la elevación, la aceptación y la glorificación de todo su pueblo, pues él es su cabeza y su representante. El sentarse a la diestra de Dios debe considerarse, pues, como la aceptación de la persona del Fiador, la recepción del Representante y, en consecuencia, la aceptación de nuestras almas. ¡Oh tú santo, ve en esto tu liberación segura de la condenación. «¿Quién condenará?». ¿Quién condenará a los que están en Jesús a la diestra de Dios?
La diestra de Dios es el lugar del poder: Cristo, a la diestra de Dios, tiene todo poder en el Cielo y en la tierra. ¿Quién se atreverá a luchar contra un pueblo que cuenta con un Capitán investido de tal poder? ¡Oh alma mía, qué te puede destruir si el Omnipotente es tu Auxiliador! Si el escudo del Todopoderoso te cubre, ¿qué espada te podrá herir? Descansa segura. Si Jesús es tu Rey triunfante, el cual ha hollado a tus enemigos debajo de tus pies; si él ha vencido al pecado, la muerte y el Infierno y tú estás representado en él, no hay posibilidad de que seas aniquilado.
Ved al Cristo, Rey de gloria,
es del mundo el vencedor.
De la guerra vuelve invicto,
todos démosle loor.
Escuchad las alabanzas
que se elevan hacia él;
victorioso reina el Cristo:
Adorad a Emanuel.
Fuente: Lecturas vespertinas pág. 120
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