¡Señor Sálvame! | Charles Spurgeon

Por: Charles Spurgeon
“Él salvará a su pueblo de sus pecados.” Mateo 1: 21.
Señor, sálvame de mis pecados. Por tu nombre Jesús me siento animado a orar de esta manera.
-Sálvame de mis pecados pasados, para que el hábito de ellos no me mantenga cautivo.
-Sálvame de mis pecados constitucionales, para que no sea el esclavo de mis propias debilidades.
-Sálvame de los pecados que continuamente están ante mis ojos para que no pierda mi horror por ellos.
– Sálvame de mis pecados secretos; pecados que no percibo debido a mi falta de luz.
– Sálvame de los pecados súbitos y sorprendentes: no permitas que sea sacado de mi camino por la fuerza de la tentación.
-Sálvame, Señor, de todo pecado. No permitas que la iniquidad tenga dominio sobre mí.
-Solamente Tú puedes hacer esto. Yo no puedo romper mis propias cadenas ni eliminar a mis propios enemigos.
– Tú conoces la tentación, pues Tú fuiste tentado.
– Tú conoces el pecado, pues Tú cargaste con el peso de ese pecado.
-Tú sabes cómo socorrerme en mi hora de conflicto.
-Tú puedes salvarme de pecar, y salvarme cuando he pecado.
Se ha prometido en Tu propio nombre que harás esto, y yo te ruego que en este día me permitas comprobar la profecía. No permitas que ceda al mal carácter, o al orgullo, o al desaliento o a cualquier forma de mal; pero sálvame para santidad de vida, para que Tu nombre, Jesús, pueda ser glorificado en mí abundantemente.
Fuente: La Chequera del Banco de la fe
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