Un consejo a los pecadores | J. C. Ryle

Por: J. C. Ryle
Preste atención al siguiente consejo y actúe en consecuencia. Deténgase y deje de esperar sentimientos imaginarios que nunca llegarán. No dude, creyendo que debe obtener primero al Espíritu y luego acudir a Cristo. Levántese y venga a Cristo tal y como es. Él le espera y está dispuesto a salvarle. Él es el médico designado por Dios para sanar las almas enfermas de pecado. Trate con él como lo haría con su médico acerca de la cura para una enfermedad física. Hable con él directamente y dígale todos sus anhelos.
Decídase a hablar con él hoy mismo y clame pidiendo al Señor Jesús que le dé perdón y paz, como lo hizo al ladrón en la cruz. Dígale a Cristo: “Señor, acuérdate de mí” (Lc. 23:42). Dígale que usted ha oído que él recibe a los pecadores y que usted es uno de ellos. Dígale que quiere ser salvo y pídale que lo salve. No descanse hasta que, realmente, haya probado que el Señor es benigno. Haga esto y si usted actúa realmente en serio, encontrará, tarde o temprano, que “Cristo es el todo”. Col 3.11
Fragmentos tomados del folleto “Cristo es el todo” de J. C. Ryle
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